miércoles, 24 de diciembre de 2014

¿Autobiográfico?

Es la pregunta inmediata que surge cuando trabajas en una novela gráfica que profundiza en la intimidad de sus personajes. Es innegable que lo que expresas, cuando es honesto y sentido, siempre lleva una carga personal del autor. En mi caso historias ajenas que, inevitablemente, llevan la caligrafía del autor. Pero no. No es una autobiografía. El ego es una tentación que no deja de ser una trampa a la hora de escribir una obra. La trampa del aburrimiento del lector.

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